ES - EN - FR - PT - IT

Orsay

No te pierdas nada

Danse à la ville Danse à la campagne

Danse à la ville y Danse à la campagne son parte de una serie de tres telas que fueron hechas por Pierre August Renoir en 1883. Dos de estas telas se encuentran en el Museo de Orsay, la tercera se titula Baile en Bougival. Este encargo surgió por un hombre llamado Paul Durand Ruel, un marchante que le pidió varias telas a Renoir con escenas de baile. Las tres sirvieron para que Renoir iniciara su andar por el perdió ingresco, influenciado por Ingres.

A pesar de esto, Renoir siempre se vio interesado por escenas de este tipo, ya sea el baile o escenas con personas reales que pudieran darle una forma a sus personajes y así representar el movimiento.

Para Renoir lo más importante con estas obras era recuperar un poco este estudio de formas que había perdido anteriormente, logrando con estos trabajos un estudio que podría considerarse impresionista. Además de esto, Renoir nos muestra dos aspectos diferentes, los contrastes sociales que existen entre las clases altas y las clases trabajadoras. Ya que en Baile en el campo se ve una actitud más suelta, más libre, en cambio en Baile en la Ciudad es una actitud más fría y limitada.

Orsay


Tips

En los inicios de su carrera, Renoir encontró en el Louvre una gran fuente de inspiración, sobre todo en el artista Eugène Delacroix. Renoir tuvo muchos problemas económicos cuando vivía en Paris y de hecho dependió de la ayuda de amigos suyos como Monet, Sisley y Bazille, quien fue quien más le ayudó rentando un taller donde ambos pudieran trabajar.
Renoir utilizó para Baile en el Campo, a dos personas cercanas a él para las dos pinturas. Una de ellas era su modelo y más tarde su esposa Aline Charigot y Paul Lothe. Para Baile en la Ciudad utilizo como modelos a Suzanne Valadon Eugène-Pierre Lestringuez.
Si uno analiza los bocetos de estas dos telas, podrá darse cuenta que las diferencias entre los bocetos y las telas son mínimas. Estas dos telas fueron expuestas en la galería de Durand-Ruel, el conocido marchante y ahí es donde se quedarán durante un largo periodo de tiempo.

Renoir confesó que su atención por el dibujo se debió a que vio las obras de Rafael en Italia y fue tal su admiración que vio la necesidad inmediata de renovar su estilo. Eso si, siempre conservando esa alegría por la vida que tanto le caracterizaba y también sin desviarse tanto de la tradición artística.